Paris, toujours Paris

 

   Y llegó el final del viaje...

  Nos queda despedirnos y agradecer los momentos de risas, nervios, esperas...

  Recordaremos las frases de este viaje, tales como "vaya pasada", "¿cuándo nos vamos de aquí?", "¡oh, qué bien, tiempo libre!, “Dios, me duelen los pies”… pero también las “qué guay, profe”, “me encanta” y “cómo mola París”.
   Con todas esas frases nos quedamos y con las sensaciones buenas que nos ha ofrecido esta semana en una ciudad maravillosa.

  No nos queda nada más que decir adiós. Desde este humilde blog se despiden las tres profes del viaje a Francia 2019. 
  Sólo esperamos que la experiencia haya merecido la pena y que se recuerde durante mucho tiempo. Gracias a todas las personas que lo han hecho posible.
Aquí os dejamos con el vídeo final de lo mejor de París para ellos:

P.D.: El viaje se ha acabado, pero los finales siempre piden otro comienzo...

Estamos convencidas de que enseguida emprenderemos una nueva aventura. 

¡Hasta la vista!

París, ciudad del arte: Montmartre y el Louvre

¡Montmartre, el barrio más bohemio de París! El día frío y soleado resulta ser perfecto para contemplar con total claridad desde las escaleras del Sacré Coeur toda la ciudad.

Recorremos, itinerario en mano, sus plazas y callejuelas, lugares que son historia viva de las vanguardias artísticas.

Sin embargo, a ellos les pareció tanto o más importante el Muro de los Te Quiero, que tan bonito sale en las fotos.

Después de la comida, de nuevo al metro (que algunos ya dominan como auténticos parisinos), para dirigirnos al inabarcable Museo del Louvre. Antes de entrar, recorremos a pie el trayecto desde la Plaza de la Concordia, con su obelisco egipcio, hasta El Carrusel; la panorámica es magnífica.

Dedicamos al Louvre el resto de la tarde. Les recomendamos que seleccionen solo una parte razonable de las obras expuestas. 

Muchos de ellos eligen el arte egipcio, sin olvidar algunas obras maestras de todos los tiempos como la Venus de Milo o La Gioconda.

Son muchos días con poco descanso, así que regresamos al albergue agotados, pero felices.

Mañana será nuestro último día en París...

Del palacio de oro a la ciudad de los museos

   7:30 de la mañana y en marcha. Muchas caras de sueño. Empezamos a acusar el cansancio, pero en cuanto ponemos un pie en la calle nos despejamos: ¡estamos a cuatro grados! ¡Este frío espabila a cualquiera! Vamos a coger un metro y a continuación, el tren al Palacio de Versailles. Para algunos, es su primer viaje en el subterráneo: todo es nuevo.

   Louis XIV sabía cómo sorprender y provocar admiración; la vista de la avenida que conduce al palacio ya anticipa lo que nos espera: su esplendor sobrecoge.

   El salón de los espejos, sus maravillosos jardines, la fastuosidad del edificio no dejan indiferente a nadie:

   De regreso a París, nuestra siguiente parada es el Museo de Orsay. Allí conocieron datos sobre el origen y evolución del edificio y sus pinturas más .significativas.

Aquí os dejamos algunas fotografías de las obras maestras del museo.

   

   No penséis que la jornada se acabó a la salida de Orsay. Todavía nos animamos a regresar caminando al albergue. El trayecto duró aproximadamente una hora en la que aprovechamos para conocer el Boulevard Saint Germain.

   Al final del día tuvimos la actuación de un grupo de música colombiana en el albergue. Quien quiso pudo aprender a bailar la cumbia. Ariadna y Blanca se animaron. Y lo pudimos grabar...

Bajo el cielo de París

Hoy llueve. Algunos no se han acordado de los consejos sobre qué ropa llevar y salen en playeros y sin paraguas, pero ¡la ilusión puede con todo!

A las nueve y media tenemos la visita al Museo Picasso. Hay que decir que nos encantó. Estamos seguras de que algunas de las obras allí contempladas, como el retrato de Dora Maar o El desayuno en la hierba , no las olvidarán...

   Después, tiempo libre para conocer el Marais y paseo en barco por el Sena. Ha dejado de llover por el momento e incluso podemos salir a cubierta. El recorrido nos dejó muchas risas, selfies, y vídeos como este...

   La subida a la Tour Eiffel nos lleva toda la tarde: controles de seguridad y colas hacen la espera casi interminable. Además, vuelve a llover, hace viento y frío. A pesar de todo, cuando uno llega a la cima, siente que la visita siempre vale la pena. ¡Qué impresionante es París visto desde el aire!

   Terminamos el día con pasta y pizza para reponer fuerzas. Mañana será una jornada dura: nos vamos a Versailles y ¡toca levantarse a las 6:40!

De la Sainte Chapelle al Panthéon

    Nuestro primer día en París comenzó muy temprano: a las siete y media todo el mundo estaba ya desayunando: los croissants del albergue son una de las mejores sorpresas del viaje
Cogimos tantas energías que así hablaban nuestros viajeros de lo que íbamos a hacer:

   Jean, nuestro guía, nos recogió a las ocho y media para acompañarnos en el recorrido hasta la Île de la Cité. Con él, conocimos los Jardins de Luxembourg:

   Disfrutamos de la iglesia de Saint-Sulpice, el Boulevard de Saint-Michel y paseamos por las estrechas calles de una de las zonas más antiguas de la Ciudad de la Luz.

   Nos despedimos de Jean para adentrarnos en la Sainte-Chapelle, una joya gótica del S. XIII que el rey Louis IX encargó para albergar las Santas Reliquias. Los maravillosos colores de sus vidrieras provocaron la admiración de nuestros alumnos:

  
 Después, pausa para comer y reponer fuerzas y poder subir los 422 escalones de las Torres de Notre Dame. Desde lo más alto de la catedral, disfrutamos de una vista panorámica de 360 grados sobre la ciudad y el Sena.

Lucía un sol espléndido (ya es primavera en París), que nos permitió tomar imágenes como éstas:

El Panteón fue la última visita del día: Francia sabe cómo homenajear a sus héroes, escritores y artistas.